Al llegar, hicimos reparto de habitaciones, nos comimos el almuerzo y comenzamos a bailar todos juntos. Después hicimos también varios juegos de grupo, donde la tropa tuvo que soportar el peso de todos los enanos y es que, como somos los mayores, tenemos que cuidar y proteger de los más pequeños, aunque a veces nos cueste.
Después de comer, tocó tiempo libre, donde cada uno danzaba un poco por donde quería, entre canchas de baloncesto, fútbol, césped...
Terminó la hora de 'descanso' y tocó actividades por secciones, ¡y menuda actividad!
Primero empezamos con unas maravillosas clases de rugby que nos enseñó Raúl, ya que la primera aventura de tropa son los juegos olímpicos, en él vimos que muchos de los más pequeños tienen más fuerza que los más mayores. Y después...
Para averiguar en qué patrullas estaban todos los componentes de tropa, contábamos con 32 piezas de puzzle repartidas en diferentes pruebas que los troperos tenían que ganar, para después, los tres que más hubiesen ganado, hacer los puzzles. Primero comenzamos con algo 'fácil', tenían que respondernos diez preguntas, con cinco opciones cada una de ellas, una vez dicha la respuesta, sólo los que acertaban, tenían que hacer un recorrido y al final de éste, les esperaríamos con tres sobres, donde uno de ellos tendría una pieza de puzzle. ¡Más de uno, de dos, de tres y hasta de cuatro se fueron con las manos vacías! También jugamos al 'buscapistas', 'roba-quesos' donde vimos que ser pequeño tiene sus ventajas, 'balón-rugby', 'el mundo al revés', 'jinetes a sus caballos' y 'quien más aguante', menuda tarde, las piezas de puzzle estaban todas entregadas pero todavía no sabíamos resultados, tocaba cenar.
Después de cenar, los afortunados de saber quiénes componían cada patrulla fueron Álvaro, Diego y Víctor pero pronto todos lo supieron, además de saber quiénes serían este año guías y subguías, ¡¡enhorabuena a todos!! (Y recordad, que actitudes positivas y negativas serán motivos suficientes para cambios). Para celebrarlo, repartimos chuches.
Tocaba el juego final del sábado, gymkhana de locos, donde grandes y pequeños juntos, tenían que superar muchas pruebas. Los mayores cuidaban de los pequeños. ¿Ganadores? Todos, todos fueron estupendos.
El domingo se levantó nublado, pero nosotros con una gran sonrisa en la cara, íbamos a hacer, después de desayunar, nuestra primera formación con seis patrullas. Salió fenomenal, aunque se notaba que faltaban muchos integrantes.
Después del acto comunitario, quisimos jugar al bordón, donde Celia nos ganó a todos, bueno, cuenta la leyenda que en realidad ganó Miguel, el coordinador, pero no vale, es muy mayor. ¡Celia la mejor!
Pero tocaba ponernos serios, decidir los cargos de cada patrulla: guardián de leyendas/fotógrafo, sanitario, cocinero, intendente... Como se acercaba la hora de comer, alguna patrulla tuvo más tiempo para pensar, pero después de comer, terminamos añadiendo nuestros móviles a los listados para hacer los posibles listados.
Tiempo libre, recoger habitaciones y subir al autobús, fue lo último que hicimos en Talavera. Tocaba volver a Pinto, (¿Ya? ¿Tan pronto?) que muchos tenían que estudiar.
Rocío